Según los últimos datos de navegadores en NetMarketShare, Chrome ya tiene el 70.19% de la cuota de mercado. De continuar a este mismo paso, en apenas un par de años más Chrome podría llegar a tener cifras como las que llegó a tener Internet Explorer y ocupar más del 90% de la cuota global.
Sería el mismo monopolio casi absoluto, uno en el que si sumamos los navegadores basados en Chromium se eleva aún más. Firefox se sigue derrumbando, y solo el nuevo Edge de Microsoft parece estar creciendo de forma relativamente competitiva frente a un navegador de Google que ya luce invencible.
El dominio de Chrome es indiscutible pero tiene matices más que interesantes. A ese enorme porcentaje de uso le contribuyen otros navegadores basados en Chromium por culpa del «user agent spoofing», algo que se ha convertido en una necesidad para algunos debido a algunas prácticas más que cuestionables de Google.
El user agent es una cadena de código que el navegador envía a las webs que visitamos para identificarse. Hacer «spoofing» de este es simplemente enviar un user agent diferente para que la web crea que estás usando otro navegador.
En incontables ocasiones Google ha bloqueado otros navegadores a nivel de user agent para prevenir que puedan ser usados correctamente o incluso del todo por algunos de sus servicios. Esta es la razón por la que navegadores como Vivaldi decidieron cambiar permanentemente su user agent al de Chrome para evitar que sus usuarios tengan malas experiencias limitando su uso de la web simplemente por tener su propio identificador.
Esto quiere decir que todos los usuarios de Vivaldi cuentan como cuota de mercado para Chrome, y por muy pocos que sean en la escala general, siguen sin ser suyos. Esto no le pasa solo a Vivaldi, pasa con Opera, con Brave, con Firefox y demás. Si bien estos no han tomado medidas como las de Vivaldi y aún usan sus propios user agent, los usuarios son a veces los que eligen instalar un plugin para engañar a algunas webs y sufrir menos sin cambiar de navegador.